Scarlett Johansson no para. Quizá no sea la mejor actriz de su generación pero, lo que es innegable, es que tiene el tirón suficiente como para ser el principal reclamo de una película. Esto es lo que pasa con Lucy, la última película de la actriz que ha desembarcado en las carteleras españolas. Scarlett Johansson vuelve con esta película al cine de
acción, ese género en el que cuesta tanto encontrar una mujer con un
papel relevante, algo en lo que es experto el director de la cinta, Luc Besson.
Lucy (Scarlett Johansson) es una joven estudiante que se ve obligada a transportar droga dentro de su cuerpo.
Cuando la bolsa de droga que lleva en su interior se rompe, los estupefacientes
se fundirán con su organismo otorgándole poderes sobrenaturales al ir aumentando, progresivamente, las capacidades de su cerebro.
Lucy es un trepidante thriller de acción con unos cuantos toques de
ciencia-ficción. La película es una auténtica locura donde lo visual está por encima de lo demás, provocando que el espectáculo que nos presenta Luc
Besson acabe siendo demasiado aparatoso e, incluso, artificioso.En líneas generales, Lucy convence pero sólo por momentos entretiene y es que llega un
momento en que la incoherencia que tenemos delante aburre y satura. Y ahí tenemos uno de sus grandes aciertos: su duración. La estructura de Lucy es muy beneficiosa para su desarrollo, ya
que se intercala la trama de carácter científico protagonizada por Morgan
Freeman con la de la evolución del personaje de Scarlett Johansson, sirviendo
una de antesala para la otra, pero en el momento en que ambas tramas confluyen, la película se estanca de tal manera que no podemos por menos que agradecerle a Luc Besson que no optase por alargar una película que hubiera acabado siendo un auténtico rollo de durar más de hora y media.
Otro aspecto positivo son las escenas de acción en las que se nota la presencia de un experto en el tema. De hecho, es una pena que Luc Besson haya dado preferencia a la ciencia-ficción y no a la acción porque es donde encontramos los mejores momentos de Lucy. Es más, tanto la búsqueda de venganza de Scarlett Johansson como algunas de las
escenas de acción protagonizadas por los secuaces del desaprovechado Choi Min-sik tienen unos ecos a lo Kill Bill de lo más interesantes.
En resumen, es una película vistosa pero prescindible en la que llega un momento en que tanta locura, cansa. Especialmente recomendable para los fans de la Johansson, que, una vez más, confirma que la cámara la adora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario