Androidealmando Cine: Diario de ver “El niño” en un Cinesa

lunes, 15 de septiembre de 2014

Diario de ver “El niño” en un Cinesa



Este fin de semana he ido a ver la película El Niño casi obligado por Mediaset la cual ha creado en mi tal ansiedad al ver anunciado en todos sus canales y de manera tan insistente la película que he decidido ir a verla, principalmente para corroborar lo que ya imaginaba y que se reflejaba en el artículo de Miryan sobre la cinta. No me ha sorprendido en absoluto la interpretación de Jesús Castro del cual ya imaginaba que era una cara bonita y poco más. Respecto a la película tampoco me he llevado ninguna sorpresa, corroboro que Luis Tosar, Eduard Fernández Sergi López son un excelente regalo para los amantes del cine, y si tengo que sacar alguna sorpresa de la película, seguramente sería Jesús Carroza, y quizás tengo dudas si en positivo o en negativo puesto que desde su primera aparición en mi cabeza solo se repetía una frase, “este intenta ser una imitación de Dani Rovira. Quizás sea que veo en él un parecido razonable, o quizás sea que realmente intenta ser una copia de un actor que cosecha éxitos, pero eso es lo que veía en él.

Como de esta película está todo el pescado vendido, me gustaría dirigir esta entrada a los cines. Al ser un blog de cine, creo que es el medio ideal para presentar mi preocupación sobre lo que son y a donde van. No sé si estaré generalizando, pero por si acaso ya os digo que hablo como espectador que va al cine en el extrarradio de una gran ciudad (Barcelona), y que entiendo que quizás lo que exponga a continuación no tiene porque reflejar una realidad general. Empezaré diciendo que fui a ver El niño a unos cines de la cadena Cinesa y que no he podido quedar más insatisfecho con la sala y la cadena. Primero de todo decir que mi cine habitual es Splau (más conocido como el centro comercial anexo al campo del Espanyol), unas salas de última generación con sonido de inmersión y dos mil historias más, pero en esta ocasión y por cercanía preferí ir a Cinesa.


La diferencia entre mi sala habitual y esta es abismal, un reflejo de lo anticuada de una y lo moderno de la otra. Respecto al sonido, acondicionamiento, servicios,…, todo un mundo entre ambas. Decir que fui a Cinesa principalmente porque me dejaron el carnet que hace que la entrada en vez de costarme 9 euros (abusivo) me costara 6 (medio razonable). Sorpresa me llevé con las palomitas y la bebida, entiendo que eso ya es depende de la sala, pero cobrarme 5 euros por mi bebida grande y 4,5 por unas palomitas pequeñas, no solo me parece un abuso sino que me parece un atraco a mano armada. Las sorpresas no acabaron allí, puesto que la película que estaba programada para empezar a las 22.30, terminó emitiéndose a las 22.50.


Los motivos para este retraso fue el cáncer que avanza sin piedad llamado publicidad. Puntuales a las diez y media empieza la emisión con un anuncio de Coca-Cola, a continuación un tráiler de Torrente 5, a continuación una batería de 5 anuncios, luego 4 tráiler para terminar con 4 anuncios más. Eso hace que la película empiece con 20 minutos de retraso, y me genera dudas sobre el modelo de negocio. Si la sala para salir rentable tiene que hacer uso de tanta publicidad, y sin embargo cobra las bebidas y las palomitas a precios exagerados, me deja claro que incluso los multicines de las grandes superficies están en peligro. Con esto dejo claro que asumo que las pequeñas salas seguirán desapareciendo, y que el modelo de negocio es evidente que falla. Quizás deberían plantearse imponer las entradas a un precio general de 4 o 5 euros y quizás los espectadores irían a las salas. Con este modelo, creo que estamos condenados a terminar con publicidad en medio de la emisión, cosa totalmente descabellada pero que a largo plazo ya no pongo la mano en el fuego. Algo tiene que cambiar.

1 comentario:

  1. Las conclusiones de tu entrada no pueden ser más ciertas y está claro que el modelo de negocio de los cines tal y como está planteado en este país va de mal en peor. El problema es que o nadie quiere o nadie puede o nadie sabe proponer alternativas que hagan remotar lo que, a día hoy, va cuesta abajo y sin frenos.

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